miércoles, 13 de marzo de 2013

algo inevitable


"Cuando Rainer Maria Rilke era muy joven, fue a visitar al viejo Tolstoi en su finca de Yasnaya Polyana. Caminaban por el campo en compañía de la ubicua Lou Andreas-Salomé, y Tolstoi le preguntó a Rilke: ¿a qué se dedica usted ahora? a lo que el poeta contestó natural y tímidamente: "A la lírica". Según parece lo que recibió por respuesta fue no sólo una sarta de insultos, sino también una diatriba en toda regla contra todo tipo de lírica, algo a lo que en modo alguno podría dedicarse nadie.
No cabe duda de que el joven Rilke las palabras del anciano maestro ruso tuvieron que entrarle por un oído y salirle por el otro, ya que pocos poetas ha habido en la historia que más se hayan dedicado, precisamente dedicado, de manera obsesiva y excluyente, no sólo a la lírica sino exactamente a todo tipo de lírica. 
Como buen poeta, Rilke comulgaba mucho, no sólo con los animales sino con los astros, la tierra, los árboles, los dioses, los monumentos, los cuadros, los héroes, los minerales, los muertos (sobre todo con las muertas jóvenes y enamoradas), algo menos con sus vivos semejantes. "


Vidas escritas - Javier Marías


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