martes, 27 de noviembre de 2012

contradicciones simples


“Fiodor Pavlovich estaba borracho cuando le comunicaron la muerte de su mujer.  Dicen que corrió a la calle y comenzó a gritar con alegría, levantando los brazos al cielo: “Deja morir ahora a tu servidor”. Otros dicen que sollozaba como un niño hasta tal punto que daba pena verle, a pesar de la repugnancia que inspiraba.  Es muy posible que las dos versiones sean verdaderas; es decir, que se regocijase por su liberación y llorase por su liberadora.  Con frecuencia las personas, incluso las peores, son más inocentes, más simples de lo que pensamos. Y por otra parte, nosotros también.”

Los hermanos Karamazov - Fedor Dostoievski


aceptar no es entender


"Uno de los postulados de nuestra escuela es "Poco, pero a fondo" Pues bien, a este principio vive aferrado Kraus, que vino al mundo con un cráneo un tanto duro. ¡Aprender poco! ¡Rumiar siempre lo mismo! Gradualmente hasta yo empiezo a intuir la vastedad del mundo que se oculta tras estas palabras. ¡Grabarse algo firmemente en la cabeza, y para siempre! Me doy cuenta de que es muy importante y, sobre todo, bueno y respetable. La parte práctica o física de nuestra enseñanza consiste en la incesante repetición de una especie de baile o de gimnasia, como quiera llamársela. Nos enseñan a saludar, a entrar en una habitación, a comportarnos con las mujeres, y otras cosas semejantes, todo aquello de manera prolija, a menudo tediosa, aunque también en esto -ahora lo veo y lo siento- hay un significado profundamente oculto. Nos quieren formar y modelar, ya me doy cuenta, no atiborrarnos de conocimientos. Nos educan obligándonos a conocer punto por punto la naturaleza de nuestra propia alma y de nuestro propio cuerpo. Nos dan a entender claramente que la coacción y las privaciones ya son formativas por sí solas, y que en un ejercicio simplísimo y en cierto modo necio hay más beneficios y conocimientos verdaderos que en el aprendizaje de una larga serie de conceptos y acepciones. Vamos captando una cosa tras otra y acabamos casi poseídos por lo recién captado. No somos nosotros quienes lo poseemos, sino que, por el contrario, aquello que parece ser una conquista nuestra acaba dominándonos. Nos inculcan que adaptarse a unos cuantos  valores firmes y seguros tiene un efecto benéfico, es decir, acostumbrarse y amoldarse a las leyes y mandamientos impuestos por una estricta autoridad exterior. Tal vez quieran estupidizarnos, en cualquier caso, pretenden apocarnos. Mas no por ello se nos intimida."

Jacob von Gunten -Robert Walser

domingo, 25 de noviembre de 2012

la osadía es contagiosa


“¡Debilidad, madame Houpflé!  ¡Una mujer de semejante coraje! Naturalmente, aquel coraje se debía en parte a que yo era mucho más joven y, además de una clase social inferior, condición a la que había aludido con una expresión tan culta como extraña. “Osado sirviente”, me había llamado. ¡Una mujer de poesía! “¿Me desvistes, osado sirviente?” Aquella expresión cautivadora estaría resonando en mi cabeza durante las seis horas enteras que debían transcurrir hasta que yo “tuviera tiempo para ella”.  Lo cierto es que me ofendía un poco aquella expresión, aunque a la vez me llenaba de orgullo… , incluso por aquel carácter osado que yo no poseía,  sino que me había atribuído  e impuesto ella. En todo caso, ahora era el hombre más osado   del mundo. Ella  me había hecho así… , sobre todo mediante aquella prenda tan vinculante…”

Memorias del estafador Félix Krull - Thomas Mann


creciendo por el dolor


 "Nadie habla con las niñas. Ni ellas mismas se comunican. Pálidas, turbadas, sin sosiego, como los animales en una jaula, van de un lado a otro del cuarto, topándose a cada paso; se miran a los ojos, llorosos, y nada dicen. Lo saben todo. Saben que han sido engañadas, que todos los hombres pueden ser malos, ruines. Ya no aman a sus padres, no tienen fe en ellos. Saben que no deben tener confianza en nadie y que, desde ahora, la carga inmensa de la vida pesará sobre sus débiles hombros. Desde el borde de la infancia serena, se han caído en una abismo.  No pueden abarcar la cosa terrible que ha sucedido a su alrededor, pero su pensamiento se nutre de ello hasta ahogarse.  Arden sus mejillas y lucen sus ojos, nubosos y excitados. Como sintiendo el frío de su soledad, divagan ahora por la casa, y nadie, ni sus mismos padres, se atreven a dirigirles la palabra; tan hostilmente miran a todos. Su vagar continuo refleja la excitación de sus ánimos. Y sin que hablen, existe entre ellas una siniestra comunidad de afectos. El silencio, el impenetrable silencio sin una pregunta siquiera, la angustia cerrada y maliciosa sin un grito ni una lágrima, las hace hostiles a los demás; no se les acerca nadie; el acceso a sus almas está interrumpido tan vez por años. Todos los familiares se dan cuenta de que son enemigos, y de los que nunca pueden perdonar. Porque, desde ayer, han traspasado la infancia."

La institutriz - Stefan Zweig

viernes, 23 de noviembre de 2012

cautiva de los intereses


“Es un hecho magníficamente drámatico el que este combate comience ya, de hecho, junto a la cuna de María Estuardo. Aún la niña de pecho no puede hablar, ni pensar, ni sentir;  apenas puede mover sus diminutas manecitas sobre la almohada cuando ya la política se apodera de su cuerpo sin desarrollo, de su alma inocente.  Pues es destino de María Estuardo el estar eternamente cautiva de este juego de cálculo.  Jamás le será dado llevar a la realización los afanes de su propia alma, de su propia personalidad:  siempre quedará encerrada en la política, objeto de tratos diplomáticos, pelota de ajenos designios, nunca más que reina, futura poderosa de la corona, aliada y enemiga.  Apenas el mensajero llevó juntas a Londres las dos noticias de que Jacobo V había fallecido y de que su recién nacida hija era heredera y reina de Escocia, cuando Enrique VIII de Inglaterra decide, con toda rapidez, solicitar para su hijo menor de edad y heredero, Eduardo, la mano de esta preciosa novia; de un cuerpo todavía no formado, de un alma sumida aún en el sueño, dispónese como de una mercancía.  Pero la política no cuenta nunca con los sentimientos, sino con coronas, países y derechos hereditarios.   El hombre individual no existe para ella, no cuenta para nada frente al ostensible y objetivo valor del  juego universal. “

María Estuardo - Stefan Zweig 


coincidence between the getting and the giving


"Never, after we parted, did I feel the need of his actual presence; he had given himself completely and I possessed him without being possessed. It was the first, clean, whole experience of friendship, and it was never duplicated by any other friend. He was the symbol personified and consequently entirely satisfactory, hence no longer necessary to me. He himself understood this thoroughly. Perhaps it was the fact of having no father that pushed him alone road toward the discovery of the self, which is the final process of identification with the world and the realization consequently of the uselessness of ties."

The tropic of capricorn - Henry Miller

jueves, 22 de noviembre de 2012

recuerdos embellecidos


 “¿Mi recuerdo más remoto? Tenía yo un aya tirolesa que se llamaba Paula. Pero no es ni siquiera un recuerdo, es el recuerdo de un recuerdo. Cuando yo tenía cinco años allá en mi vestíbulo, Paula no era ya mas que una leyenda. Mi madre, durante muchos años, nos decía cuando llegaba el año nuevo: "Hay una carta de Paula" Y para nosotros, los niños, esto constituía una gran alegría. Sin embargo, ¿porqué nos sentimos felices?  Ninguno de nosotros se acordaba de Paula. Había vuelto a su Tirol. Luego a su casa tirolesa.
-¿es linda Paula?
-Encantadora.
-¿Hace generalmente buen tiempo en el Tirol?
-Siempre.
Siempre hacía buen tiempo en el Tirol. Cuando supe escribir me hicieron escribir cartas a Paula. Le decía "Mi querida Paula, estoy muy contento de escribirte..." Era un poco como las oraciones, puesto que no la conocía...
Pero debajo de mi nube el mundo no es negruzco como yo creía presentirlo: es azul. Maravillosamente azul. Es la hora del crepúsculo y la llanura es azulada. En algunos sitios llueve. Azul de lluvia .¡ Cuántos zigzags hace el camino hacia la eternidad!...Pero este camino ¡qué tranquilo me parece! El mundo semeja un vergel. Hay árboles aislados o agrupados en pequeños paquetes.  Y uno los encuentra. Y campos verdes. Y casas, con tejas rojas, con alguien a la puerta. Y bellos aguaceros azules en torno. Sin duda Paula, cuando hacía ese tiempo, nos acompañaba pronto a casa...”

Piloto de guerra - Antoine de Saint Exupéry



miércoles, 21 de noviembre de 2012

creer es la cuestión


“Un verdadero realista, si  es incrédulo, encuentra en sí la fuerza y la facultad de no creer ni en el milagro, y si éste último se presenta como un hecho indiscutible, dudará de sus sentidos antes de admitir el hecho.  Si lo admite será como un hecho natural, aunque desconocido por  él hasta entonces. En el realista la fe no nace del milagro, sino el milagro de la fe.  Si el realista llega a tener fe, debe absolutamente, en virtud de su realismo, admitir también el milagro.  El apóstol Tomás declaró que no creería antes de haber visto; y luego dijo: ¡Dios mío y Señor mío! ¿Le había obligado a creer el milagro? Seguramente no;  creía únicamente porque deseaba creer, quizá llevaba la fe entera escondida entre los pliegues de su corazón cuando declaraba :  “No creeré hasta que no haya visto” .

Los hermanos Karamazov - Fedor Dostoievski


martes, 20 de noviembre de 2012

igualdad: una palabra confusa


“Poner al mal tiempo buena cara y llevarse bien con unos compañeros para quienes ese mal tiempo es lo contrario no es difícil cuando uno guarda en su corazón la palabra “provisional”.  Estaba tan seguro de que el ser humano, por mucho que se insta en la igualdad, posee una profunda sensibilidad para captar que no somos todos iguales porque los hay privilegiados por naturaleza, tan seguro de mi afán por hacer justicia a esa sensibilidad, tan convencido, pues, de que no me retendrían en aquel nivel demasiado tiempo, es más, de que sólo me habían colocado allí por una pura cuestión formal, que desde el primer momento, prácticamente desde mi conversación con Monsieur Machatschek, en cuanto pude encargué un frac de camarero á la Saint-James and Albany al sastre especializado en uniformes y libreas que me habían indicado y cuyo taller no quedaba lejos del hotel, en la Rue des Innocents. "

Confesiones del estafador Félix Krull - Thomas Mann


la ignorancia es la culpable


Nieta de un conocido nazi e hija de un comunista de carrera, Syliva Lennox ha encontrado un escondrijo rural en Zimlia, donde posee una clínica privada que utiliza material robado del hospital estatal de la zona*
Por desgracia, en ese país de ignorantes aún no se habían enterado de que el comunismo era politicamente incorrecto, y la palabra "nazi" no suscitaba las mismas reacciones que en Londres. De hecho, mucha gente simpatizaba allí con los nazis. Sólo había dos términos capaces de escandalizar a la gente. Uno era "racista", y el otro "espía sudafricano".
Rose sabía que Sylvia no era racista, pero como era blanca, la mayoría de los negros estarían dispuestos a creer lo contrario. Sin embargo, bastaría con que un negro enviase una carta al The post en la que afirmase que Sylvia era amiga de los negros para....No, ¿ y si la acusaba de espía? Eso también tenía sus inconvenientes. En esa época, poco antes de la caída del apartheid, la fiebre del miedo a los espías causaba estragos en los países limitrofes de Sudáfrica. Cualquiera que hubiera nacido, vivido  o pasado recientemente vacaciones en Sudáfrica, o que tuviera parientes allí, cualquiera que criticase a Zimlia o insinuase que era posible hacer las cosas mejor; cualquiera que "sabotease" un proyecto o una empresa perdiendo o dañando material, aunque se tratara de una caja de sobres o media docena de tornillos; o cualquiera, en fin, que se hubiese granjeado la mínima antipatía de los demás, podía ser tachado, y casi siempre lo era, de espía de Sudáfrica, un país que, por supuesto, hacía todo lo posible para desestabilizar a sus vecinos. En semejante ambiente, a Rose no le costaría convencerse a sí misma de que Sylvia era una espia sudafricana, pero habiendo tantos como había, no le bastaría con eso.

El sueño más dulce - Doris Lessing

domingo, 18 de noviembre de 2012

la importancia de un gesto


“El maitre d´hotel, que se llamaba Monsieur Machastschek, era un hombre de elevada posición que, con gran autoridad, paseaba por el comedor su prominente barriga y su camisa blanca almidonada a diario. Su sebosa cara de luna llena, afeitada, brillaba siempre. Dominaba a la perfección ese sutil movimiento de levantar y extender el brazo para indicar su sitio a los huéspedes que iban entrando, y la manera en que reprendía al personal cuando cometía un error o una torpeza  - con una mera contracción de la comisura de los labios al pasar junto a ellos – era tan discreta como demoledora. Fue él, pues, quien me mandó a llamar una tarde, a su vez por orden de la dirección, y me recibió en un despacho contiguo a la suntuosa salle á manger .”

Confesiones del estafador Félix Krull – Thomas Mann


viernes, 16 de noviembre de 2012

cuando una oveja es superior



"-¿Cómo puedes decir eso? -protestó Maple- No sabemos si los hombres tienen alma. Tal vez no sea probable, pero es posible.
-Toda oveja sabe que el alma se encuentra en el sentido del olfato. -La propia Maude poseía un excelente sentido del olfato y pensaba a menudo en el problema de la nariz y el alma.
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Una sensación desagradable invadió a Maple, de las pezuñas hasta las puntas del pelaje. Era como tener las orejas taponadas con lana, como si el cristal que las separaba de Beth estuviese empañado. Oía y veía, pero le parecía hallarse en medio de la niebla todo el tiempo. Tardó un instante en entender el origen de dicho malestar: a través del cristal no podría oler a Beth y Rebecca. Ningún olor le revelaba si decían la verdad, lo que sentían o temían. Un mundo fantasmal e incompleto. Para los hombres, con su alma pequeña y su inútil nariz sobresaliente, debía ser siempre así. Maple sopesó lo que eso significaba: desconfianza, inseguridad, miedo. Significaba miedo.
-.....inconstante, voluble -decía Beth- No lo creo. El corazón humano es curioso: se puede aferrar a una única cosa en la vida, y cuando se aferra ahí se queda, para lo bueno y para lo malo.”

Las ovejas de Glennkill - Leonie Swann

miércoles, 14 de noviembre de 2012

for the good of the order


“When I woke, I heard my mother  coughing, below in the kitchen. She had been coughing for days, but I had paid no attention.  We were living on the Old Youghal Road at the time, the old hilly coaching road into East Cork. The coughing sounded terrible. I dressed and went downstairs in my stocking feet, and in the clear morning light I saw her, unaware that she was being watched, collapsed into a little wickerwork armchair, holding her  side. She had made an attempt to light the fire, but it had gone against her.  She looked so tired and helpless that my heart turned over with compassion.  I ran to her.
“Are you all right, Mum?”  I asked.
“I ´ll be all right in a second” , she replied, trying to smile. “The old sticks were wet and the smoke started me coughing”
“Go back to bed and I´ll light the fire”, I said.
“Ah, how can I, child? She said anxiously. “Sure I have to go to work”
“You could not work like that” I said. I´ll stop at home from school and look after you”
It´s funny thing about women, the way they´ll take orders from anything in trousers, even if it´s only ten”

The man of the house – Frank O´Connor




utopía innecesaria



"Todas las utopías empiezan en conversiones. La gente se despide de sus antiguas creencias religiosas, convicciones y modos de vida y se entrega a otras nuevas, las que constituyen la utopía. Despedirse y entregarse: eso es convertirse. No hay rayos enviados desde el cielo, caídas de caballo, estados de éxtasis ni todas esas tonterías. Esas cosas también existen, desde luego; pero Andi lo asombraba ver que en la mayoría de los casos la conversión a la utopía era una decisión vital tomada con la cabeza fría. Sobre todo, para las mujeres y los maridos de esos que se entregaban a la utopía. El amor, el deseo de vivir juntos, la imposibilidad de vivir al mismo tiempo en el mundo normal y en el de la utopía, la oportunidad de una vida mejor para los hijos, la oportunidad de mejorar profesional y económicamente: esas eran las claves. No bastaba con comprender el entusiasmo utopista del otro,  y tampoco era necesario. Lo que hacía falta era renunciar al mundo normal que se interponía entre uno y su pareja. "

Amores en fuga - Bernard Schlink




distorsiones en el tiempo y el espacio


En días posteriores, al verse obligado a recordar una y otra vez aquella conversación telefónica, Galip se sentiría incapaz de asegurar cuánto había oído no solo de aquel indefinido bostezo sino también de las palabras que le había dirigido. Como cada vez que se acordaba de lo que Rüya le había dicho lo hacía de manera distinta y con cierta suspicacia, pensaba: "Es como si no hubiera hablado con Rüya sino con otra persona", e imaginaba que esa otra persona era la que lo había engañado. En otro momento pensaría  que había oído lo que le había dicho Rüya tal y como ella se lo había dicho, pero después de aquella conversación telefónica no había sido Rüya sino él quien lentamente se había convertido en otra persona. Imaginaba de nuevo lo que creía haber oído o recordado mal, relacionándolo con aquella otra personalidad. Porque Galip, que por aquellos días escuchaba su propia voz como si fuera la de otro, comprendería perfectamente que mientras dos personas se hablan  desde ambos extremos de una línea telefónica pueden convertirse en seres completamente distintos "

El libro negro - Orhan Pamuk



sábado, 10 de noviembre de 2012

cuando comienza la historia


“Volvamos al tema de nuestra conversación. Decía que hay que ser fieles a Cristo. Me explicaré mejor. Usted no comprende que se pueda  ser ateo, no saber si Dios existe ni por qué, y al mismo tiempo saber que el hombre no vive en la naturaleza, sino en la historia, y que, en el concepto que se tiene hoy de ella, ha sido fundada por Cristo, que el Evangelio es su fundamento.  Pero ¿qué es la historia?   Es dar principio a trabajos seculares para llegar a resolver poco a poco el misterio de la muerte y superarla en el porvenir.  Por esto se descubren el infinito matemático y las ondas electromagnéticas, y por eso se componen sinfonías.  Pero sin cierto impulso no se puede progresar en tal dirección. Para descubrimientos de esta clase es preciso tener una preparación espiritual  y, en este sentido, ya se hallan todos los datos en el Evangelio. Ahí están.  En primer lugar, el amor al prójimo, esa suprema forma de energía viva que llena el corazón del hombre y exige expansionarse y ser gastada.  Luego las razones esenciales del hombre de hoy, sin las cuales el hombre no puede ser imaginario, es decir,  el ideal de la libre individualidad y de la vida como sacrificio.  Tenga en cuenta que todo esto es hoy sumamente nuevo.  En ese sentido los antiguos no tenían historia.  Había entonces una infamia sanguinaria de crueles Calígulas picados de viruela, que ni siguiera sospechaban cuán mediocre es todo acto de sometimiento.  Era la pomposa y muerta eternidad de los monumentos de bronce y de las columnas de mármol. Solamente después de Cristo los siglos y las generaciones han respirado libertad.  Solo después de Él ha comenzado la vida en la posteridad y el hombre no muere ya por la calle al pie de un muro cualquiera, sino en su casa, en la historia, en el ápice de una actividad dirigida a la superación de la muerte;  el hombre muere dedicado por entero a esta búsqueda”

El doctor Jivago  - Boris Pasternak


desclasificando al hombre



"Oí pedir trabajo a hombres que habían sido egiptólogos, botánicos, cirujanos, buscadores de oro, profesores de lenguas orientales, músicos, ingenieros, médicos, astrónomos, antropólogos, químicos, matemáticos, alcaldes de ciudades y gobernadores de estados, guardianes de prisiones, vaqueros, leñadores, marineros, piratas de ostras, estibadores, remachadores, dentistas, pintores, escultores, fontaneros, arquitectos, vendedores de mandanga, abortistas, tratantes de blancas, buzos, deshollinadores, labradores, vendedores de ropa, tramperos, guardas de faros, chulos de putas, concejales, senadores, todos los puñeteros oficios que existen bajo el sol, y todos ellos sin blanca, pidiendo trabajo, cigarrillos, un billete de metro ¡una oportunidad, Dios todopoderoso, tan sólo una oportunidad! Ví y llegué a conocer hombres que eran santos, si es que existen santos en este mundo, vi y hablé con sabios, crapulosos y no crapulosos, escuché a hombres que llevaban fuego divino en las entrañas, que podrían haber convencido al Dios Todopoderoso de que eran dignos de otra oportunidad, pero no al vicepresidente de la Compañía Telegráfica Cosmodemónica. Clavado en mi escritorio, viajaba por todo el mundo a la velocidad de un relámpago y descubrí que en todas partes ocurre lo mismo: hambre, humillación, ignorancia, vicio, codicia, extorsión, trapacería, tortura, despotismo: la inhumanidad del hombre para el hombre: las cadenas, los arneses, el dogal, la brida, el látigo, las espuelas. Cuanto mayor es la calidad del hombre, peor le va.  Hombres que caminaban por las calles de Nueva York con aquel maldito traje degradante, los despreciados, los más viles de los viles, que caminaban como alces, como pingüinos, como bueyes, como focas amaestradas, como asnos pacientes, como jumentos enormes, como gorilas locos, como maníacos dóciles mordisqueando el cebo colgado, como ratones bailando un vals, como cobayas, como ardillas, como conejos, y muchos, muchos de ellos estaban capacitados para gobernar el mundo, pare escribir el mejor libro del mundo jamás escrito. Cuando pienso en algunos de los persas, los hindúes, los árabes que conocí, cuando pienso en el carácter de que daban muestras, en su gracia, su ternura, su inteligencia, su santidad, escupo a los conquistadores blancos del mundo, los degenerados británicos, los testarudos alemanes, los relamidos y presumidos franceses. La Tierra es un gran ser sensible, un planeta saturado por completo con el hombre, un planeta vivo que balbucea y tartamudea, no es patria de la raza blanca, ni de la raza negra, ni de la raza amarilla, ni de la desaparecida raza azul, sino la patria del hombre y todos los hombres son iguales ante Dios y tendrán su oportunidad, sino ahora dentro de un millón de años."

Trópico de Capricornio - Henry Miller




jueves, 8 de noviembre de 2012

el valor de lo quieto


"Pero yo también comprendo que nada de lo que concierne al hombre se cuenta ni se mide. La verdadera extensión no es para el ojo, no se concede más que para el espíritu. Vale lo que vale el lenguaje, pues el lenguaje es el que anuda las cosas.  Me parece que en adelante podré entrever mejor lo que es una civilización.  Una civilización es una herencia de creencias, de costumbres, de conocimientos lentamente adquiridos a través de los siglos, difíciles de justificar con la lógica, pero que se justifican ellos mismos como caminos si conducen a algún lado, puesto que abren al hombre su horizonte interior.
Una mala literatura nos ha hablado de la necesidad de la evasión. Cierto que uno sale de viaje en busca de espacio. Pero el espacio no se encuentra. Se funde.  Y la evasión nunca ha conducido a ningún lado.
Cuando el hombre necesita, para sentirse hombre, correr en carreras, cantar en coros, o hacer la guerra, son ya lazos que se impone a fin de atarse a otros y al mundo. Pero ¡qué lazos tan pobres! Si una civilización es fuerte, satisface al hombre aunque éste permanezca inmóvil.
En tal pueblecito, silencioso, bajo la luz grisácea de un día lluvioso, veo una enferma enclaustrada que medita apoyada contra su ventana  ¿quién es?  
¿qué  han hecho de ella?  Yo juzgaría la civilización de ese  pueblito por la densidad de esta presencia   ¿qué valemos una vez que estamos inmóviles?"

Piloto de guerra – Antoine de Saint Exupéry


martes, 6 de noviembre de 2012

diferencias irreconciliables



“-Espere y le diré lo que pienso. Creo que si la fiera que duerme en el hombre se pudiese contener con la amenaza de un castigo, no importa cuál, o con la recompensa de ultratumba, el emblema supremo de la humanidad sería un domador de circo con la fusta en la mano, y no un profeta que se ha sacrificado a sí mismo.  Pero la cuestión reside en que durante siglos, no el palo, sino la música, ha colocado al hombre por encima de la bestia, y lo ha elevado:  una música, la irresistible fuerza de la verdad desarmada, el poder de atracción del ejemplo.  Hasta ahora se consideraba que lo esencial del Evangelio eran las máximas morales contenidas en los mandamientos, mientras que para mí lo principal es que Cristo habla con parábolas extraídas de la vida diaria, explicando la verdad a la luz de la existencia cotidiana. La base de esto es el concepto de que la comunión entre los mortales no acabará nunca y la vida es simbólica porque tiene un significado.
-No he comprendido nada.  Sería mejor que escribiera un libro sobre esas cosas.
Cuando Vivolotchnov se hubo marchado, una terrible irritación se apoderó de Nikolai Nikolaievitch. Estaba indignado consigo mismo por haber pregonado  a un estúpido como Vivolotchnov sus pensamientos más íntimos sin haber causado en él la más mínima impresión. Y como sucede con frecuencia, su indignación cambió de rumbo repentinamente. Vivolotchnov desapareció de su mente como si nunca hubiese existido, y se puso a pensar en otras cosas.”
El doctor Jivago – Boris Pasternak

insistencia de mujer


"La luz era cruda, tal vez porque la bombilla carecía de pantalla. Las líneas se recortaban con nitidez y los colores  ofrecían un vivo contraste. Con el hule, la mesa parecía un rectángulo tan duro y frío como una lápida.
-¿Siempre está usted solo? -El señor Hire hizo ademán de levantarse, pero ella se lo impidió, abrazándose a él- No. Quédese. ¡Me siento tan bien! Me parece... - Y de pronto añadió en tono zalamero-: ¿Me permitiría de vez en cuando que venga a hacerle la limpieza? -Habría querido más. Trataba obstinadamente de conseguir otro vínculo entre los dos, pero él no parecía comprenderlo, y temía asustarlo si seguía presionándolo. Me ayudará ¿verdad? -añadió; cambiaba de actitud según la inspiración del momento, y ésta vez había pronunciado su ruego tendiéndole los labios húmedos. Él no hizo más que rozarlos. Le acarició la cabeza con la mirada perdida, y preguntó-: ¿Es soltero? ¿viudo?
-Sí.
Alice no supo si con aquel "sí" afirmaba que era viudo o que era soltero. Y necesitaba hablar. El silencio no haría sino poner de manifiesto lo absurdo de la situación, con ellos dos echados en esa habitación donde no habia intimidad. cerca de una ventana cubierta de papeles grises.
Ella tenía tanto miedo de que él se levantara y volviera a adoptar una actitud distante que se pegó más a él, con una presión que podía atribuírse a un gesto involuntario."

La prometida del Señor Hire - Georges Simenon

lunes, 5 de noviembre de 2012

enseñando a ser libre


El último libro que recibí personalmente de él trataba de Napoleón. Estaba escrito desde el punto de vista inglés y presentaba a Napoleón como el tirano malvado que quiso dominar a todos los países, especialmente a Inglaterra. Yo estaba leyendo este libro cuando murió mi padre. Desde entonces la aversión que sentí por este personaje se ha mantenido inconmovible. Ya había empezado a comentarle el libro pero no estaba muy adelantado. Me lo había dado inmediatamente después de Guillermo Tell, y tras la conversación sobre la libertad, este nuevo libro tenía para él cierto valor de experimento. En cuanto empecé a hablar de Napoleón con tanta excitación me dijo: "Espera querido, todavía es pronto. Primero has de seguir leyendo porque lo que viene después es muy diferente" Sé con toda certeza que Napoleón todavía no había llegado a emperador. Quizás era una prueba, quizás quería ver si resistiría con igual firmeza la majestuosidad imperial. Terminé de leer el libro después de su muerte, y volví a leerlo incontables veces, como todos los libros que me dio. Hasta entonces había tenido pocos contactos con el poder. La primera idea que tuve del poder provenía de este libro, y nunca he podido oír el nombre de Napoleón sin relacionarlo con la repentina muerte de mi padre. De todas las víctimas de Napoléon, mi padre fue la más grande y la más terrible.
A veces los domingos me llevaba a mí solo a dar un paseo. No lejos de casa corría el pequeño río Mersey. La orilla izquierda estaba bordeada por un muro rojizo, por la derecha serpenteaba un camino en medio de un frondoso prado de flores y alta hierba. Me había explicado que en inglés la palabra prado era meadow , y en cada uno de estos paseos me preguntaba por esa palabra. Encontraba especialmente hermoso este vocablo y me ha quedado como la más bella palabra de la lengua inglesa. Otra de sus palabras predilectas era island . Debió haber tenido para él un significado especial , ya que Inglaterra era una isla, tal vez él la sintiera como la isla de los bienaventurados. Para mi sorpresa siempre me lo volvía a decir, aunque hacía mucho que ya lo sabía. En nuestro último paseo por el prado del río me habló de forma muy diferente de la que yo estaba acostumbrado. Con gran insistencia me preguntó qué queria llegar a ser, y yo le respondí sin reflexionar ¡Doctor! "Serás lo que tú quieras" me dijo, con una ternura tan grande que ambos nos quedamos parados por un momento. "No tienes por qué ser comerciante, como el tío o como yo, estudiarás y llegarás a ser lo que más te apetezca"

La lengua absuelta- Elías Canetti

 



sábado, 3 de noviembre de 2012

el amor no es ciego

“En esto, las voces argentinas de dos niños (Esteban Aradievitch reconoció al punto las de Gricha, el menor de sus hijos, y Tania, la primogénita) se dejaron oír al otro lado de la puerta. Iban arrastrando algo y lo acababan de volcar.
¡ Ya te decía yo que en el techo de los vagones no se pueden poner los pasajeros ¡ -gritó la niña - ¡Ahora los tienes que recoger!  Se acercó a la puerta y los llamó. Ellos soltaron la caja que hacía las veces de tren y entraron a ver a su padre.
La niña, que era la preferida de Esteban, irrumpió en la habitación, echó los brazos, riendo, al cuello paternal y allí quedó colgada feliz al percibir el tan conocido perfume de aquella barba. Por fin, y después de haberle besado en la cara, un tanto enrojecida debido a la forzada postura del cuerpo, pero radiante de cariño, la niña abrió los bracitos con que le tenía aprisionado e intentó marcharse. Pero Esteban la detuvo.
-¿Qué hace tu madre? – le preguntó, a la vez que acariciaba su tierno cuellecito. Y al ver a su hijo, que acababa de entrar para saludarle, como su hermana, le sonrió - ¡ Hola Gricha ¡ Buenos días.
Esteban reconocía que quería menos al niño, pero procuraba mostrarse igualmente amable con los dos. Sin embargo, Gricha se daba cuenta de todo y no respondió con otra sonrisa a la fría y forzada de su padre. “
Ana Karenina – León Tolstoi

un olvido olvidado



"A la izquierda del jardín estaban las escuelas, los talleres de todo, con una población profusa de novicias y maestras de artesanías. Estaba la casa de servicio, con una cocina enorme de fogones de leña, un mesón de carnicería y un gran horno de pan. Al fondo había un patio siempre empantanado por las lavazas donde convivían varias familias de esclavos, y por último estaban los establos, un corral de chivos, la porqueriza, el huerto, las colmenas, donde se criaba y se cultivaba cuanto hacía falta para el buen vivir.
Al final de todo, lo más lejos posible y dejado de la mano de Dios, había un pabellón solitario que durante sesenta y ocho años sirvió de cárcel a la Inquisición, y seguía siéndolo para clarisas descarriadas. Fue en la última celda de ese rincón de olvido donde encerraron a Sierva María, a los noventa y tres días de ser mordida por el perro y sin ningún síntoma de la rabia.
La tornera que la había llevado de la mano se encontró al final del corredor con una novicia que iba para las cocinas, y le pidió que la llevara con la abadesa. La novicia pensó que no era prudente someter al fragor del servicio a una niña tan lánguida y bien vestida, y la dejó sentada en uno de los bancos de piedra del jardín para recogerla más tarde. Pero la olvidó de regreso."


Del amor y otros demonios - Gabriel García Márquez