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martes, 28 de mayo de 2013

buscando vínculos ... percibiendo señales

"Entre el hombre y la naturaleza puede haber vínculos que desconocemos. Porque Dios está detrás de todas las cosas - añadió sin énfasis, con la misma naturalidad que diría "sólo hay vida orgánica donde hay aire, como si mencionara casualmente algún hecho cotidiano de sobra conocido-.  Mucha gente no lo sabe y niega la existencia de Dios. Siempre ha sido así, en todas las épocas.  Nuestra época es tan desgraciada porque ha dejado de percibir directamente  a Dios... Aún hay religión, pero eso no es lo mismo... Y hay gente que se considera creyente porque teme y reza y suplica a los santos.  Pero ésa tampoco es ésa relación vital con Dios sin la cual la vida no es más que una serie de temibles accidentes.  Los que conocen a Dios no siempre son creyentes.  Yo, por ejemplo, no soy creyente en absoluto -dijo con indiferencia- A veces, voy a una iglesia, pero más bien para admirar los retablos o disfrutar de música antigua, y observo los ritos serios y austeros del ceremonial.  Todo eso resulta muy bello, pero no es tan fácil llegar a Dios.  También hace falta sacrificio."

"Sólo he querido decir que todas las creencias populares proclaman la necesidad del sacrificio. En los pueblos primitivos suelen sacrificar a alguien cuando lleva mucho tiempo sin llover o sin lucir el sol.  Yo, claro está, no creo que haya relación entre el cambio del tiempo y el suicidio de esos desgraciados huéspedes... no me entienda mal.  Sólo digo que existe relación entre todos los fenómenos -y la voz le sonó aguda y estridente- porque Dios está detrás de todo.  Esa es mi fe, una fe tan fuerte que ninguna religión puede contener dentro de sus límites.  Y cuando veo que ciertos fenómenos extraordinarios e insólitos se suceden unos a otros, no me obsesiono en la búsqueda de las relaciones entre ellos, simplemente constato que han sucedido, o sea, que uno de los fenómenos guarda alguna relación explícita o tácita con el otro.  La gente se vuelve sorda -comentó con tono mordaz- y no sólo con respecto a los sonidos. Se quedan sordos por los ruidos apagados de la vida, no oyen lo esencial, no perciben las señales"

La hermana - Sándor Márai



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jueves, 2 de mayo de 2013

esa ternura

"Pero, al instante, se enojó consigo misma por haber dicho esto.  ¿Quién había pronunciado estas palabras? Ella no:  había sido forzada a decir algo que no pensaba.  Miró por encima de su labor y, se enfrentó con el tercer golpe de luz, y le pareció que sus ojos se encontraban con sus propios ojos, escudriñando como ella sola era capaz de hacerlo dentro  de su propia mente y de su corazón, purificando hasta el aniquilamiento cualquier mentira.  Se alababa a sí misma al alabar esa luz, y lo hacía sin vanidad, pues era austera y penetrante  y hermosa como ella.  Es curioso, pensó, cómo, estando solos, nos sentimos atraídos por las cosas, los objetos inanimados, los árboles, los arroyos, las flores, sentimos que nos expresan; sentimos que se convierten en nosotros mismos; sentimos una ternura inexplicable - y miraba esa luz larga y tranquila -  como hacia nosotros mismos "

Al faro   - Virginia Woolf


sábado, 22 de diciembre de 2012

madre e hijo : una experiencia inmaculada


"Tonia y yo no hemos estado nunca alejados uno del otro. Pero este año de trabajo nos ha acercado aún más. He observado cuán activa es Tonia, cuán fuerte e incansable, qué hábil es al elegir los trabajos, de manera que pierde el menos tiempo posible al pasar de uno a otro.
Siempre me ha parecido inmaculada toda concepción, y en este dogma que afecta a la Virgen se expresa la idea universal de la maternidad.
En cada mujer que concibe se encuentra el mismo sentido de soledad, de abandono, de disposición tan sólo hacia sí misma.   En este momento tan particular, ya el hombre es un extraño, como si de ninguna forma fuera su partícipe y todo hubiera caído del cielo.
La mujer da a luz por sí sola a su criatura, se retira con ella, sola también, a otro plano de la existencia, donde hay más silencio y es posible tener sin miedo una cuna.  Y sola, en silenciosa humildad, la nutre y la educa.
Se dirigen así a la Virgen :  ”Imploro con devoción a tu Hijo y tu Dios…”   “Y mi espíritu se alegró en Dios mi salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva. Porque he aquí que desde ahora me dirán bienaventurada…”   “Porque el Omnipotente me ha hecho grandes cosas, y santo es su nombre.” 
 Su criatura es su gloria.  Pero lo mismo puede decirse de cada mujer.  Su Dios está en su hijo.  Las madres de los grandes hombres deben experimentar esa sensación.  Pero todas las madres son madres de grandes hombres   y no tienen la culpa de que después la vida las desilusione.”

El doctor Zivago - Boris Pasternak


miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿hemos crecido?


“Muchas cosas hay escondidas en este mundo; en cambio, tenemos la sensación misteriosa del lazo vivo que nos une al mundo celeste y superior.  Las raíces de nuestros sentimientos y de nuestras ideas no están aquí, sino en otra parte.  Por eso los filósofos dicen que es imposible comprender sobre la tierra la esencia de las cosas.  Dios ha tomado las semillas de otros mundos para sembrarlas aquí y ha cultivado su jardín.  Todo lo que debía crecer, ha crecido, pero las plantas que somos nosotros viven solamente por el sentimiento de su contacto con esos mundos misteriosos; cuando ese sentimiento se debilita o desaparece, lo que había brotado en nosotros perece.  Nos volvemos indiferentes con respecto a la vida y hasta llegamos a sentir aversión por ella.  Al menos, esa es mi idea.”

Los hermanos Karamazov - Fedor Dostoievski


lunes, 10 de diciembre de 2012

la misión de la mente



“Se dice que el alma, es decir, el elemento primigenio humano, fue, como la materia, uno de los principios establecidos en el inicio de todas las cosas, y que poseía vida, pero no saber.  Y esto hasta tal punto que a pesar de que vivía cerca de Dios, en un mundo superior de paz y felicidad, se dejó agitar y desconcertar por su inclinación –entiéndase esta palabra en un sentido estrictamente direccional- hacia la materia aún informe, y por el ansia de fecundarla y extraer de ella formas que le permitieran acceder a los placeres de la carne.   Sin embargo, una vez consumada la seducción,  y arrojada el alma en brazos de la materia, el placer y el dolor de su pasión no se atemperaron, sino que incluso se intensificaron hasta convertirse en un tormento, ya que la materia, obstinada y apática, se empeñó en permanecer en su estado original amorfo, es más, se negó en redondo a tomar forma para complacer al alma y opuso toda la resistencia imaginable a dejarse moldear por ella.  En eso intervino Dios, seguramente pensando que, ante tal situación, no le quedaba más remedio que acudir en socorro del alma, su extraviado adlátere.  Así, para ayudar a cortejar a la esquiva materia, creó el mundo:  es decir, con el afán de auxiliar al elemento humano, concibió formas sólidas y duraderas para que el alma pudiera acceder a través de esas formas a los placeres de la carne y engendrar hombres.  Pero a continuación, siguiendo con la puesta en práctica de un plan cuidadosamente diseñado, dio un segundo paso.  Según consta literalmente en el informe que tenemos a la vista, envió al hombre la mente, directamente desde la sustancia de su divinidad, con el encargo de despertar al alma, que dormía el sueño de los justos dentro de su cáscara humana, y, por orden de su padre, hacerle ver que este mundo no era lugar para ella y que su tórrido romance era  un pecado a consecuencia del cual Dios se había visto forzado a crear el mundo.  Lo que la mente intenta sin cesar hacer entender al alma humana, prisionera de la materia, y que, si se le ocurriera separarse de ella, el mundo físico dejaría de existir de inmediato.  La misión de la mente es, pues, hacer entender esto al alma, y todas sus esperanzas y esfuerzos se encaminan a conseguir que el alma apasionada, una vez puesta al corriente de este estado de cosas, entre en razón, y, volviendo la mirada hacia el mundo superior del que procede, renuncie a sus devaneos con este mundo vil y aspire de nuevo a alcanzar su esfera natural de paz y felicidad, en fin:   que vuelva a casa.  En el mismo instante en que esto suceda, este bajo mundo desaparecerá;  la materia recobrará su apática obstinación, quedará liberada del imperativo de adoptar forma y podrá volver a gozar del estado amorfo como venía haciendo desde toda la eternidad; en fin:  volverá,  ella también, a ser feliz a su manera.”

José y su hermanos  - Thomas Mann


miércoles, 21 de noviembre de 2012

creer es la cuestión


“Un verdadero realista, si  es incrédulo, encuentra en sí la fuerza y la facultad de no creer ni en el milagro, y si éste último se presenta como un hecho indiscutible, dudará de sus sentidos antes de admitir el hecho.  Si lo admite será como un hecho natural, aunque desconocido por  él hasta entonces. En el realista la fe no nace del milagro, sino el milagro de la fe.  Si el realista llega a tener fe, debe absolutamente, en virtud de su realismo, admitir también el milagro.  El apóstol Tomás declaró que no creería antes de haber visto; y luego dijo: ¡Dios mío y Señor mío! ¿Le había obligado a creer el milagro? Seguramente no;  creía únicamente porque deseaba creer, quizá llevaba la fe entera escondida entre los pliegues de su corazón cuando declaraba :  “No creeré hasta que no haya visto” .

Los hermanos Karamazov - Fedor Dostoievski


sábado, 10 de noviembre de 2012

cuando comienza la historia


“Volvamos al tema de nuestra conversación. Decía que hay que ser fieles a Cristo. Me explicaré mejor. Usted no comprende que se pueda  ser ateo, no saber si Dios existe ni por qué, y al mismo tiempo saber que el hombre no vive en la naturaleza, sino en la historia, y que, en el concepto que se tiene hoy de ella, ha sido fundada por Cristo, que el Evangelio es su fundamento.  Pero ¿qué es la historia?   Es dar principio a trabajos seculares para llegar a resolver poco a poco el misterio de la muerte y superarla en el porvenir.  Por esto se descubren el infinito matemático y las ondas electromagnéticas, y por eso se componen sinfonías.  Pero sin cierto impulso no se puede progresar en tal dirección. Para descubrimientos de esta clase es preciso tener una preparación espiritual  y, en este sentido, ya se hallan todos los datos en el Evangelio. Ahí están.  En primer lugar, el amor al prójimo, esa suprema forma de energía viva que llena el corazón del hombre y exige expansionarse y ser gastada.  Luego las razones esenciales del hombre de hoy, sin las cuales el hombre no puede ser imaginario, es decir,  el ideal de la libre individualidad y de la vida como sacrificio.  Tenga en cuenta que todo esto es hoy sumamente nuevo.  En ese sentido los antiguos no tenían historia.  Había entonces una infamia sanguinaria de crueles Calígulas picados de viruela, que ni siguiera sospechaban cuán mediocre es todo acto de sometimiento.  Era la pomposa y muerta eternidad de los monumentos de bronce y de las columnas de mármol. Solamente después de Cristo los siglos y las generaciones han respirado libertad.  Solo después de Él ha comenzado la vida en la posteridad y el hombre no muere ya por la calle al pie de un muro cualquiera, sino en su casa, en la historia, en el ápice de una actividad dirigida a la superación de la muerte;  el hombre muere dedicado por entero a esta búsqueda”

El doctor Jivago  - Boris Pasternak