martes, 30 de octubre de 2012

atrapados por la realidad


“En presencia de su hermano, Wronsky trató a Ana con tanto respeto como habría tratado a una señora a la que le uniese una simple amistad, actitud que adoptaba siempre que había alguien delante, pero como los tres sabían que ninguno de ellos ignoraba la clase de relaciones que sostenían Ana y Alejo, hablaron libremente del viaje de ambos y de su estancia en la finca de Wronsky.
Éste, a pesar de su experiencia mundana, incurría en un singular error. En vez de comprender que las puertas de la sociedad estaban cerradas para ellos, suponía, por efecto de una extraña alucinación, que la opinión pública, libre ya de los antiguos prejuicios, aplicaría a su caso la nueva manera de ver las cosas. “Claro es que en la Corte no se la recibirá; pero nuestros parientes y amigos tendrán una visión más realista de nuestro caso”
Una persona puede estar sentada varias horas con los pies encogidos si sabe que le es posible cambiar de posición cuando se le antoje, pero le bastará saber que no puede adoptar otra postura para que se sienta sometido a una tortura insoportable. Esta sensación tenía Wronsky cuando pensaba en la sociedad. En el fondo sabía, que el gran mundo le cerraba sus puertas pero tenía la esperanza de que acabaría por abrírselas.
No obstante, muy pronto se convenció de que sólo él tenía la entrada libre a aquel mundo; a Ana no le permitían el paso. “

Ana Karenina - León Tolstoi


imposible de prever

"No hay nada más hermético que una cabeza. Ni siquiera la tortura exacerbada consigue confesiones completas. En efecto, hasta en el momento de la muerte se puede hacer trampas mentalmente. Por eso tampoco podemos saber lo que pensaba Wolfgang Stremplin cuando nació en él la decisión de desempeñar en Internet su papel de judío David, ni tampoco lo que pasó literalmente por su cerebro cuando, de pie ante el albergue de juventud Kurt Bürger vio cómo su amigo enemigo, Wilhelm on line , ahora, como Konrad Pokriefke, sacaba una pistola del bolsillo derecho de su parka y, después del primer disparo en el vientre, le acertaba otros tres disparos en la cabeza y sus cerrados pensamientos. Sólo vemos lo que vemos. La superficie no lo dice todo, pero sí bastante. Así pues, nada de pensamientos, tampoco nada de lo imaginado posteriormente. De esta forma, parcos en palabras, llegaremos más rápidamente al final."


A paso de cangrejo - Günter Grass

lunes, 29 de octubre de 2012

man against man



"From all ends of the city, on this morning, people with heavy loads trudged slowly in one direction, like ants. These were Jews on their way to the ghetto. The ghetto was set up in the Peresip district, in that dull, depressed part of the city where scorched oil tanks stood at sea level, looking like traveling circus tents. The Fascists had surrounded a few dirty blocks with two rows of rusty barbed wire and left only one entrance, as in a mousetrap. The Jews made their way under the railroad bridges. They slipped on the icy sidewalks. There were old people among  them  who couldn´t walk and some people sick with typhus. They were carried on stretchers. Some would fall down and remain lying there, leaning back against a lamp post or hugging an iron hitching post. Nobody was escorting them to the ghetto. They were going there by themselves, without any convoy. They knew that whoever stayed at home would be shot. Therefore they were going by themselves. Anyone who gave shelter to a Jew would also be shot. For one hidden Jew everyone living in the apartment would be shot, without exception."


Our Father who art in Heaven - Valentin Katayev


disfrutando el misterio


A veces Galip pensaba que aquella región era un cierto tipo de maldición, de mala suerte que perseguía durante siglos a los miembros de una familia, pero como también había sido testigo de que muchas mujeres se volvían por su propia voluntad hacia aquella extraña maldición al casarse, tener hijos o al dejar de trabajar repentinamente por alguna razón incomprensible, también se daba cuenta que el misterio resultaba atractivo; tanto que algunas mujeres que comenzaban a trabajar después de encontrar empleo tras múltiples esfuerzos con la decisión de librarse de aquella maldición  y convertirse en otras personas, creía ver señales de su deseo de regresar a sus ceremonias secretas, a los momentos mágicos, a la región sedosa u oscura que él jamás podría comprender y que habia dejado atrás. A veces cuando él le hacía alguna broma estúpida o un juego de palabras y Rüya se reía de  tal manera que a él mismo le sorprendía, cuando ella recibía con la misma alegría el que deslizara sus torpes manos por el bosque oscuro de sus cabellos color ardilla, o sea, en uno de esos momentos soñados de cercanía entre marido y mujer que excluía todo el pasado y el futuro, libres de todas aquellas revistas ilustradas junto con las ceremonias que habían aprendido de ellas, de repente a Galip le apetecía preguntarle a su mujer algo relacionado con esa región misteriosa, algo aparte de todas las coladas, fregadas de platos, novelas policíacas  y paseos , le habría gustado preguntarle qué era lo que había hecho ese día a "esa" hora exacta; pero la distancia que se abriría entre ellos después de que él hiciera la pregunta resultaba tan terrible y la información a la que apuntaba la pregunta era tan ajena a las palabras de la lengua común que usaban entre ellos, que no le preguntaba nada y, simplemente, la observaba por un momento con la mirada vacía mientras la tenía en brazos. "¡Otra vez miras al vacío! -le decía Rüya- ¡Tienes las cara blanca como el papel!" repitiendo alegremente las mismas frases que su madre le decia a Galip cuando era niño."

El libro negro - Orhan Pamuk

domingo, 28 de octubre de 2012

lo diferente puede parecer amenazante


 "Se rascó las picaduras de mosquitos. Se sentía de muy mal humor. Cuando dejaba de llover y brillaba el sol, era como estar en un conservatorio:  húmedo, lleno de vapor, pesado, sin viento; y uno tenía la impresión de que todo estaba creciendo con una violencia salvaje. Los nativos, alegres y de reputación infantil, parecían entonces, con sus tatuajes y su pelo  teñido, tener algo de siniestro en su aspecto; y cuando uno oía el suave ruido de sus pies desnudos, volvía instintivamente la cabeza, pues sentía que en cualquier momento podían acercarse y hundirle un puñal por la espalda. No se podían adivinar los pensamientos que bullían detrás de sus ojos alargados. Tenían algo del aspecto de los antiguos egipcios pintados en el muro de un templo, y había en sus gestos el terror de lo que es inconmensurablemente antiguo.”

Lluvia – William S Maugham 



evasión


"Cuando aquella parte de mi vida cotidiana me volvía a la mente estando en mi puesto de trabajo, sólo podía pensar: "No. Esa casa y esos individuos son producto de la imaginación. Si te parece que existen desde hace más tiempo del que llevas en tu nuevo destino, es que se trata de una ilusión. Abre los ojos: ¿qué vale la carne de esos valiosos humanos frente a la eternidad de la loza de los sanitarios? Acuérdate de las fotografías de las ciudades bombardeadas: la gente ha  muerto, las casas han sido arrasadas, pero los lavabos todavía se levantan, orgullosamente, hacia el cielo, encaramados a cañerías en erección. Cuando el Apocalipsis haya completado su obra, las ciudades sólo serán bosques de retretes. La dulce habitación en la que duermes, las personas a las que amas, son creaciones compensatorias de tu mente. Es típico de seres que ejercen oficios lamentables construirse lo que  Nietzsche  denominaba "otro  mundo" , un paraíso terrenal o celeste en el que se empeñan en creer para consolarse de lo infecto de su condición. Cuanto más vil es su trabajo, más hermoso es su edén mental. Créeme: nada existe más allá de las comodidades del piso cuarenta y cuatro. Ahora todo está aquí"

Estupor y temblores - Amélie Nothomb

el arte de aparentar


Pero pasó un año y despertamos. Descubrimos que ya no vivíamos en el cuarto de los niños, sino que éramos inquilinos de un edificio para adultos en el que si una puerta no se abría del todo era preciso repararla cuanto antes. Nuestra relación era precisamente esa puerta que no se podía abrir más que hasta cierto punto, por lo que, sin duda, tendría que ser reparada tarde o temprano. Además, tampoco cabía olvidar que los adultos no soportan los monótonos juegos que hacen delicias de los niños. Aquellos numerosos encuentros que examinamos con detenimiento, uno a uno, no eran más que realidades vaciadas en el mismo molde, como una baraja de naipes en la que cada naipe coincide al milímetro con el perímetro de cualquier otro naipe de la baraja.
Además, de aquella relación extraía yo arteramente un placer inmoral que sólo yo podía comprender. Mi inmoralidad era sutil, e incluso superaba los ordinarios vicios de nuestro mundo. Era como un exquisito veneno, era pura corrupción. Como la inmoralidad constituía la mismísima base y el primer principio de mi manera de ser, percibía un aroma de pecado secreto, verdaderamente corrupto en mi virtuoso comportamiento, en mi impecable relación con una mujer, en mi honorable conducta, en ser considerado hombre de altos principios.

Habíamos extendido nuestros brazos al frente, cada uno hacia el otro, y nuestras manos conjuntamente sostenían algo, pero aquello que sosteníamos era como un gas que sólo existe cuando se cree en su existencia y que deja de existir cuando existen dudas. Al principio, la tarea de sostenerlo parece fácil, pero llega el momento que exige cálculos muy refinados y de gran habilidad. Había yo conseguido que una artificial “normalidad” se aposentara en el espacio entre nuestras manos, y había inducido a Sonoko a tomar parte en la peligrosa operación de intentar sustentar un quimérico “amor” momento a momento. Parecía que Sonoko hubiera llegado a participar en aquel juego sin darse cuenta de ello. Esa inconciencia por parte de Sonoko, constituía la única razón por la cual su colaboración era tan eficaz.

Confesiones de una máscara - Yukio Mishima

sábado, 27 de octubre de 2012

una vida plena


"Riviére se detuvo ante Leroux, el viejo contramaestre. También Leroux trabajaba desde hacía cuarenta años. Y el trabajo consumía todas sus fuerzas. Cuando Leroux entraba en su casa, hacia las diez o doce de la noche, no era un mundo diferente el que se le ofrecía , no era una evasión. Riviére sonrió a ese hombre que, levantando su tosca faz, señalaba un eje pavonado: "Aguantaba muy fuerte, pero lo he vencido". Riviére se inclinó sobre el eje; el oficio le ocupaba de nuevo. "Será preciso advertir a los talleres que ajusten estas piezas con más huelgo". Pasó el dedo sobre las huellas de las herramientas; luego consideró de nuevo a Leroux. Una picaresca pregunta le subía a los labios ante aquellas arrugas severas. Sonrióse:
-"¿Se ha ocupado mucho usted del amor en su vida Leroux?
- Oh, el amor, sabe usted, señor director....
- Sí, a usted le ha pasado lo que a mí; nunca ha tenido tiempo.
- Muy poco, ciertamente...
Riviére escuchaba el sonido de esa voz para saber si la respuesta era amarga; pero no lo era. Este hombre experimentaba, vuelto hacia su vida pasada, el tranquilo contento del carpintero que acaba de cepillar una hermosa tabla: "Hela aquí. Ya está hecha"
"Hela aquí,  - pensaba Riviére - , mi vida está hecha"
Rechazó los pensamientos tristes que en él despertaba la fatiga, y se dirigió al cobertizo, pues el avión de Chile zumbaba ya en el aire."

Vuelo Nocturno - Antoine de Saint Exupéry



lo que se debe revelar


"Fue entonces cuando empezé a traicionarla. No es que fuera por ahí contando sus secretos o poniéndola en evidencia. No revelé nada que hubiera que mantener oculto. Al contrario: mantuve oculto lo que debería haber revelado. Me negué a admitir su existencia. Sé que negar a alguien es un tipo más bien inofensivo de traición. Desde afuera no se aprecia si uno está negando a alguien o simplemente pretende ser discreto o considerado o sólo intenta evitar situaciones delicadas o molestas. Pero el que niega a otro sabe muy bien lo que hace. Y negar una relación es una manera de socavarla tan grave como otras formas de traición más espectaculares "

El lector - Bernard Schlink

strange attractions




“I saw Strickland not infrequently, and now and then played chess with him. He was of uncertain temper. Sometimes he would sit silent and abstracted, taking no notice of anyone; but he had a vein of brutal sarcasm which was not ineffective, and he always said exactly what he thought. He was indifferent to the susceptibilities of others, and when he wounded them was amused. He was constantly offending Dirk Stroeve so bitterly that he flung away, vowing he would never speak to him again; but there was a solid force in Strickland that attracted the fat Dutchman against his will, so that he came back, fawning like a clumsy dog, though he knew that his only greeting would be the blow he dreaded.”


The moon and sixpence - William Somerset Maugham 

jueves, 25 de octubre de 2012

definiendo un oasis

"He hablado tanto del desierto que, antes de hablar más todavía sobre él, me gustaría describir un oasis. El que me viene a la memoria no se encuentra perdido en el Sahara:  otro milagro del avión que os lanza al corazón mismo del misterio. Eraís un naturalista y con el ojo en el microscopio examinábais el hormiguero humano, considerando secamente las ciudades de la planicie, al centro de caminos repartidos como estrellas, caminos que se dividen y las nutren, como arterias, con el jugo de los campos. Una aguja ha temblado en el manómetro y esa mancha verde allá abajo, se ha convertido en vuestro universo:  sois prisionero del césped en un parque dormido.
No  es la distancia la que indica el alejamiento. El muro de un jardín puede guardar más secretos que la muralla china y el alma de una muchachita se halla mejor protegida por el silencio que los oasis del Sahara por el espesor de las arenas.
Referiré una corta escala en cualquier parte del mundo. En Argentina, cerca de Concordia. Pudo ubicarse más allá o más acá.
Aterricé en una campiña sin saber que iba a vivir un cuento de hadas. Nada tenía de particular el viejo Ford que me llevaba, ni la casa apacible que me recibió:  -Lo alojaremos esta noche...
Pero a vuelta del camino, el claro de luna, apareció un grupo de árboles y, tras los árboles, aquella casa. Ancha, maciza, casi una ciudadela. Castillo de leyenda que ofrecía, en cuanto se traspasaban los umbrales, un refugio tan sólido, seguro y protector como un convento.
Entonces surgieron las dos niñas. Me contemplaron seriamente, como jueces a la puerta de un reino prohibido; la más joven hizo un gesto y golpeó el suelo con una varilla verde. Luego, hechas las presentaciones, tendiéronme en silencio la mano, con un curioso aire de reto, y desaparecieron.
Lo hallé encantador y divertido. Aquello era simple, silencioso y furtivo como la primera palabra de un secreto.
-Son un poco salvajes - dijo el padre.
Y entramos "

Tierra de hombres - Antoine de Saint Exupéry



la risa no es alegría



 "Llora y llorarás solo:   ¡mentira!   Llora y encontrarás un millón de cocodrilos que llorarán contigo. El mundo llora eternamente. El mundo está inundado de lágrimas. ¡La risa! con la risa es distinto. La risa es momentánea...pasa. Pero la alegría, la alegría es una especie de sangría estática, una forma de supersatisfacción que trasuda por todos los poros de tu ser. No puedes hacer que la gente se alegre con sólo sentirse "alegre".

 La alegría se basa en razones demasiado profundas como para ser comprendida o comunicada. Ser alegre es estar loco en un mundo de espectros tristes..."

Un domingo después de la guerra - Henry Miller

realidades inquietantes

"La abuela come con las manos, lamiéndose los dedos y secándoselos con un delantal. Luego roe y chupa los huesos.
Ella dice:
-Está muy tierno este pollito. No se puede imaginar nada mejor.
Nosotros decimos:
-Abuela, desde que estamos en tu casa, nunca nos has cocido un pollo para nosotros.
Ella dice:
He cocido uno hoy. Sólo tenéis que comerlo
-Tú sabes que no queríamos comer nada hoy ni mañana.
-Eso no es culpa mía. Es otra de vuestras estupideces.
-Es uno de nuestros ejercicios. Para acostumbrarnos a soportar el hambre.
-Entonces acostumbraos. Nadie os lo impide.
Salimos de la cocina, vamos a hacer unos trabajos en el huerto. Hacia el final de la jornada, tenemos verdaderamente mucha hambre. Bebemos gran cantidad de agua. Por la noche, nos cuesta trabajo dormir. Soñamos con comida."


El gran cuaderno .- Agata Kristof


martes, 23 de octubre de 2012

rising above

"Being at Takeda´s " I told them, taught me an important lesson early in my life. That while it was right to look up to teachers, it was always important to question their authority. The Takeda experience taught me never to follow the crowd blindly, but to consider carefully the direction in which I was being pushed. And if there´s one thing I´ve tried to encourage to you all to do, it´s been to rise above the sway of things. To rise under the undesirable and decadent influences that have swamped us and have done so much to weaken the fibre of our nation these past ten, fifteen years."

An artist of the floating world - Kazuo Ishiguro






una excusa fácil

"-Acerca de Marion..., hay otra cosa que deberías saber -dijo al muchacho-. Incluso antes del accidente, era una mujer difícil. Quiero decir que, de no haber habido un accidente, Marion habría seguido siendo dificil. ¿Comprendes lo que te estoy diciendo, Eddie?
Ted no dejaba de presionarle el codo, pero Eddie no podía moverse ni hablar. "Detiene la camioneta para decirme que Marion es "una mujer difícil", se decia. Incluso a  un muchacho de su edad esa manifestación le parecía insincera, mejor dicho, falsa por completo. Era una expresión estrictamente masculina, lo que los hombres que se creían corteses decían de sus ex esposas. Era lo que decía un hombre de una mujer inalcanzable para él, o que de alguna manera se había hecho inaccesible. Era lo que un hombre decía de una mujer cuando quería decir otra cosa, cualquier otra cosa. Y cuando un hombre dice eso, siempre lo hace en un tono desdeñoso, ¿no es cierto? Pero a Eddie no se le ocurría nada que decir."




Una mujer difícil  - John Irving

lunes, 22 de octubre de 2012

el recelo llega desde afuera



"Por aquel entonces el hijo de mi naviero me regaló una preciosa corbeta encerrada en una botella. Aparentemente aquello era una contradicción. El hombre se resistía a admitir que primero que la corbeta hubiera existido la botella. Era lo mismo que el camello bíblico atravesando el ojo de una aguja. Un imposible: una imposibilidad material, absoluta, pero cuya evidencia desconcertaba. Luego se abría paso la posibilidad de una obra de paciencia, de paciencia controlada férreamente. Aquella corbeta se había hecho dentro del recipiente igual que un hijo en las entrañas de la madre:  por partes, paulatina, gradualmente. Admiré abrumado la paciente hazaña. Ahora, analizando la estructura de la pequeña naveta, se adivinaba que ningún pedazo era de tamaño superior a un palillo de dientes. El todo había adquirido consistencia y armonía merced a una inquietud artística proveniente desde afuera.  Desde el primer momento aprecié en aquella obra un punto de afinidad con mi persona. No podía precisar qué era, en qué consistía, pero presentía una misteriosa relación, taimada y latente.
Frecuentemente, me entretenía dando vueltas el pequeño objeto entre mis dedos. Una tarde adiviné inesperadamente el nexo palpitante entre mi vida y la minúscula corbeta prisionera en el frasco. Yo también poseía en mi interior una corbeta deforme, menos gallarda y airosa que aquella. El monstruoso prejuicio que me roía había perforado mi ser de la misma manera que la corbeta la botella, paulatinamente, por partes, que en sí independientemente no eran ni significaban nada. "

El ciprés tiene forma alargada -. Miguel Delibés



domingo, 21 de octubre de 2012

el hombre objeto

"Los atractivos de la cirugía se estropearon para Rob gracias a una seguidilla de castraciones. Hacer eunucos era un procedimiento corriente y se realizaban dos tipos de castraciones. Los hombres de buen porte, seleccionados para guardar las entradas de los harenes -donde tendrían muy poco contacto con las mujeres de la casa- sólo sufrían la pérdida de los testículos. Para el servicio general de los harenes, eran más apreciados los hombres feos, a los que se pagaba una prima por desfiguraciones tales como una nariz aplastada o repelente de subo, la boca deforme, labios gruesos o dientes negros o irregulares. Con el fin de anular totalmente sus funciones sexuales les amputaban la totalidad de los genitales y se veían forzados a llevar siempre el cañón de una pluma para orinar.
Con frecuencia se castraba a muchachos jóvenes. A veces se los enviaba a una escuela especializada en la educación de eunucos, en Bagdad, donde les enseñaban  canto y música, o se les instruía a fondo en la práctica del comercio, o en compras o en administración, convirtiéndolos en sirvientes sumamente apreciados, en valiosas propiedades, como Wasif, el esclavo eunuco de Ibn Sina."


El médico - Noah Gordon



viernes, 19 de octubre de 2012

¿quién podrá ver ?

"La intención del cronista no es dar aquí a estas agrupaciones sanitarias más importancia de la que tuvieron. Es cierto que, en su lugar, muchos de nuestros conciudadanos cederían hoy mismo a la tentación de exagerar el papel que representaron. Pero el cronista está más bien tentado de creer que dando demasiada importancia a las bellas acciones, se tributa un homenaje indirecto y poderoso al mal.  Pues se da a entender de ese modo que las bellas acciones sólo tienen tanto valor porque son escasas y que la maldad y la indiferencia son motores mucho más frecuentes en los actos de los hombres.  Esta es una idea que el cronista no comparte. El mal que existe en el mundo proviene casi siempre de la ignorancia, y la buena voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad. Los hombres son más bien buenos que malos, y, a decir verdad, no es ésta la cuestión. Sólo que ignoran, más o menos, y a esto se le llama virtud o vicio, ya que el vicio más desesperado es el vicio de la ignorancia que cree saberlo todo y se autoriza entonces para matar. El alma del que mata es ciega y no hay verdadera bondad ni verdadero amor sin toda la clarividencia posible."

La peste - Albert Camus


 

sensualidad limitada

"Pero entre dos personas específicas, cualesquiera dos personas sobre la tierra, el campo de pura experiencia sensitiva es limitado. El clímax de relación sensual, una vez alcanzado en cualquier dirección se alcanza de modo definitivo, no tiene término ulterior. Sólo es posible la repetición, la separación de los dos protagonistas, la sujeción de una voluntad a otra, o a la muerte."


Mujeres enamoradas - Lawrence David Herbert

a good reason

"When he gave us our air-rifles Atticus wouldn´t teach us to shoot. Uncle Jack instructed us in the rudiments thereof, he said Atticus wasn´t interested in guns. Atticus said to Jem one day" I´d rather you shot tin cans in the back yard, but I know you´ll go after  birds. Shoot all the bluejays you want, if you can hit 'em, but remember it´s a sin to kill a mockingbird"
That was the only time I ever heard Atticus say it was a sin to do something, and I asked Miss Maudie about it. "Your father ´s right" she said. "Mockingbirds don´t do one thing but make music for us to enjoy. They don´t eat up people´s gardens, don´t nest in corncribs, they don´t do one thing but sing their hearts out for us. That´s why it´s a sin to kill a mockingbird."


To kill a mockingbird - Harper Lee

jueves, 18 de octubre de 2012

curiosity of youth

"Till she reached the age of thirteen she had not once been beyond the range of the park by herself. Mr  Linton would take her with him a mile or so outside, on rare occasions; but he trusted her to no one else. Gimmerton was an unsubstantial name in her ears; the chapel, the only building she had approached or entered, except her own home. Wuthering Heights or Mr. Heathcliff did not exist for her. she was a perfect recluse, and, apparently, perfectly contented. Sometimes, indeed, while surveying the country from her nursery window, she would observe-
"Ellen, how long will it be before I can walk to the top of those hills? I wonder what lies on the other side- is it the sea?
No, Miss Cathy" I would answer, it is hills again, just like these."
"And what are those golden rocks like when you stand under them? she once asked.
The abrupt descent of Penistone Crags particularly attracted her notice, especially when the setting sun shone on it and the topmost heights, and the whole extent of landscape beside lay in shadow. I explained that they were bare masses of stone, with hardly enough earth in their clefts to nourish a stunted tree.
"And why are they bright so long after it is evening here? she pursued.
"Because they are a great deal higher up than we are, I replied. "you could not climb them, they are too high and steep. In winter the frost is always there before it comes to us, and deep into summer I have found snow under that black hollow on the north-east side"
"Oh , you have been on them! she cried gleefully. Then, I can go too, when I am a woman. Has papa been,Ellen?
"Papa would tell you, Miss" I answered hastily. that they are not worth the trouble of visiting. The moors, where you ramble with him, are much nicer, and Thrushcross Park is the finest place in the world"
"But I know the park and I do not know those" she murmured to herself. And I should delight to look round me from the brow of the tallest point, my little pony Minny shall take me some time"



Wuthering Heights - Emily Bronte




la importancia de sentir

"Así se me presentaban las cosas cuando Hector Mann apareció inesperadamente en mi vida. Yo no tenía idea de quién era, nunca me había encontrado con una alusión a su nombre, pero una noche, poco antes de que empezara el invierno, cuando los árboles se habían quedado finalmente desnudos y las primaras nieves amenazaban con caer, por casualidad vi en la televisión un fragmento de una de sus películas antiguas, y me hizo reír. Eso quizá no parezca importante, pero era la primera vez que me reía de algo desde junio, y cuando noté que aquel inesperado espasmo me subía por el pecho y cascabeleaba en mis pulmones, comprendí que aún no había tocado fondo, que en cierto modo todavía deseaba seguir viviendo. Si conservaba la capacidad de reír, es que no estaba completamente insensibilizado. Significaba que el muro que había puesto entre el mundo y yo no era lo bastante grueso para impedir que algo se filtrase."

El libro de las ilusiones - Paul Auster



miércoles, 17 de octubre de 2012

sospechar ya es algo

"Se dirá, sin duda, que nada de esto es particular de nuestra ciudad y que, en suma, todos nuestros contemporáneos son así. Sin duda, nada es más natural hoy día que ver a la gente trabajar de la mañana a la noche, y en seguida elegir, entre el café, el juego y la charla, el modo de perder el tiempo que les queda para vivir.  Pero hay ciudades y países donde la gente tiene, de cuando en cuando, la sospecha de que existe otra cosa. En general, esto no hace cambiar sus vidas, pero al menos han tenido la sospecha y eso es su ganancia.  Orán, por el contrario, es en apariencia una ciudad sin sospecha, es decir, una ciudad enteramente moderna.  Por lo tanto, no es necesario especificar la manera de amar que se estila. Los hombres y mujeres o bien se devoran rápidamente en eso que llama el acto del amor, o bien se crean el compromiso de una larga costumbre a dúo. Entre esos dos extremos no hay término medio. Eso tampoco es original. En Orán, como en otras partes, por falta de tiempo y reflexión, se ve uno obligado a amar sin darse cuenta."

La peste - Albert Camus





domingo, 14 de octubre de 2012

no están todos los que son

"En los ochenta, como consecuencia de otra moda ideológica, se cerraron todos los asilos y sanatorios siquiátricos, y los pacientes quedaron librados a su suerte, condenados a nadar o hundirse. Llegó una carta, en cuyo sobre decía , en letra temblorosa, "Colin" ; sólo eso, y la dirección. Viajó a Brighton y la encontró en una de las residencias dirigidas por filántropos que acogían a los pacientes de las antiguas instituciones mentales, cobrándoles hasta el último penique de sus pensiones para alojarlos en unas condiciones que a Dickens le habrían resultado familiares"

El sueño más dulce - Doris Lessing


pistas por todos lados

"Pero el miedo o, si se prefiere, la precaución no impedían aquel proceso familiar para cualquiera que haya estado dándose vueltas del porqué de algo. Todas las pistas acaban por conducirnos al mismo sitio. Seleccionamos un libro aparentemente al azar, y se abre por una página en la que reflexionamos sobre aquello en que estábamos pensando. Escuchamos de pasada una conversación: están hablando de lo que nos preocupa. Encendemos la radio...y allí está. Los sueños de Sarah estaban llenos de información, y se sentía como si estuviera al borde de ..."Conócete a ti mismo", dice el antiguo consejo, pero no resulta fácil decidir lo que debemos intentar conocer en un momento dado."


De nuevo el amor - Doris Lessing

un entorno amenazante

"El movimiento brusco acabó con la precaria tregua que había establecido con el dolor en las piernas y con la necesidad de la droga en sus nervios, pero también mitigó un poco su temor. La visión nocturna se estaba agudizando y podía ver mejor en la oscuridad. Intuyó el horno, restos de una pila de carbón, una mesa con un montón de latas y utensilios de cocina, y a su derecha...¿qué era aquello que estaba cerca de los estantes? Aquella forma le resultaba familiar. Había algo maligno en ella. Se sostenía sobre tres patas. Su extremo superior era redondo. Parecía una de las máquinas de la muerte de Welles en la Guerra de los mundos, sólo que en miniatura.  Paul se quedó pensando en el asunto. Se adormeció, cuando despertó, miró otra vez y pensó: "Claro debí darme cuenta desde el principio. Es una máquina de la muerte. Y si hay alguien en la tierra que sea un marciano, es Annie Wilkes.  Es su barbacoa. Es el crematorio en el que me hizo acabar con Automóviles Veloces"


Misery - Stephen King

sábado, 13 de octubre de 2012

lo grande en lo pequeño



"De tiempo en tiempo las ramas oscilaban con balanceo tenue: era que el viento cumplía su transcendental misión de transportar el polen para engendrar las floraciones nuevas; y dijérase que el bosque entero languidecía en fecundo extásis. Un gusanillo verde escalaba, infatigable, un árbol; sus ojos, casi ciegos, apenas le servían y a veces erguíase y palpaba en el vacío, temeroso de nuevos obstáculos, semejante a un hilo verde que cosiera por sí sólo, misteriosamente. Tal vez hasta muy avanzada la noche, cuando yo ni me acordase ya de su perseverancia humilde, no lograría llegar al término de su viaje...En la imperturbable serenidad de la naturaleza, resonaban mis pasos con algo de insólito presente al pasado. Deben ser cerca de las cuatro, y a las seis emprenderé el retorno hacia mi cabaña, con la esperanza inconfesada de cruzarme con alguien. Aún me quedan dos horas para andar y reposar, y este lapso, a veces tan breve, me intranquiliza. Sacudo mi ropa salpicada de briznas de hierba, y me aventuro en un sendero, donde todo me parece amical, acogedor: las ramas, los recodos, las piedras, han estado durante mi ausencia como yo las dejé; las hojas crujen bajo mis pasos. Y la envolvente calma, el mismo susurro suave que en vez de turbar la la realza, los detalles no observados hasta hoy del paisaje, me halagan el alma cual una caricia, y una gratitud pura me penetra cual si todo quisiera darme una bienvenida de hechos, mezclarse a mí, decirme en el lenguaje mudo de  las cosas algo muy afectuoso y profundo. Movido por esta ternura que impele mi amor hacia las cosas más menudas, me inclino y recojo una ramilla seca: está casi podrida, su endeble corteza no ha podido preservarla de la muerte....Y una sutil piedad se desliza en mi corazón. Al proseguir, no la tiro lejos, sino que vuelvo a inclinarme para dejarla en el mismo sitio, sin violencia, como si fuera un ser sensible; y aún antes de alejarme me vuelvo a mirarla con los ojos nublados, sin darme cuenta de que hay una fuerza ingenua, grande y nueva en mí, que me dicta esta ternura y este adiós."

Pan Knut Hamsun




dos tipos de bárbaros

"Monsieur Mignon tenía una cara de chiquillo redonda y adormilada, que se asentaba sobre dos potentes hombros. Sonreía perezosamente y, para ser francés, hablaba poco y con una lentitud sorprendente. También su mujer sabía callar, era una persona sensible y se guardaba bien de incordiar a los demás. Cuando se lanzaba a hablar, eso sí, no había forma de que callase, mientras él lavaba unas cuantas copas o dormía o se iba a La Riviera. Madame nunca le permitía a su forzudo esposo que expulsara del bar a los clientes borrachos que se ponían pesados. Lo hacía ella misma. El local era suyo, y para los casos peligrosos tenía una porra de caucho escondida detrás de la barra, donde también guardaba los discos del gramófono. A sus amigos les mostraba gustosamente esa porra, al tiempo que soltaba una carcajada equívoca y añadía: "Es únicamente para los americanos". Quienes más problemas le daban eran los americanos borrachos, por los que sentía un odio intenso. Para ella había dos tipos de bárbaros: los nativos y los americanos"

Voces de Marraquesch - Elías Canetti

jueves, 11 de octubre de 2012

una tranquila maldad

"Después de una hora, durante la cual Popinga no cesó de emplear una ironía agresiva, el otro, de repente, con una fina sonrisa en los labios, le dio jaque mate.
Era lo más desagradable que podía sucederle. Más de veinte personas habían asistido a la partida y a las baladronadas de Popinga.
A pesar de todo, éste no rechistó, no palideció ni se ruborizó. Al contrario, le invadió una tranquilidad irreal y profirió con voz apacible; "Son cosas que pasan, ¿no es cierto?
Al tiempo que lo decía y sin que nadie lo viese, cogió uno de los alfiles. Aquel juego de marfil esculpido, conocido en todo Groninga, pertenecía a Copenghem, quien pretendía no poder jugar con otras piezas que no fueran las suyas.
Popinga había escogido el alfil negro. De una ojeada habia calculado todo y al instante dejó caer el alfil en su   jarra de cerveza.
Se percataron de la desaparición del alfil y lo buscaron por todas partes, llamaron al camarero e hicieron toda clase de suposiciones imaginables sin que a nadie se le ocurriese buscar en aquella jarra de cerveza negra, de la que Kees tuvo buen cuidado de no beber y que debieron de vaciar  Dios sabe dónde, ya que Copenghem no logró recuperar jamás su alfil."

El hombre que miraba pasar los trenes - Georges Simenon





la emoción y las palabras

"-Mi hijo leerá y abrirá los libros, y escribirá y lo hará bien. Y mi hijo hará números, y todas esas cosas nos harán libres porque él sabrá, y por él sabremos nosotros.
En la perla Kino se veía a sí mismo y a Juana sentados junto al fuego mientras Coyotito leía un libro.
-Esto es lo que la perla hará- terminó. Nunca había pronunciado tantas palabras seguidas. Y de pronto tuvo miedo de sus palabras. Su mano se cerró sobre la perla y robó su luz a todas las miradas. Kino tenía miedo como lo tiene siempre un hombre al decir:
-Así será-   -sin saberlo a ciencia cierta."


La perla . - John Steinbeck

a strange wish

"My father wrote beautifully", Esmé interrupted. "I´m saving a number of his letters for posterity"
I said that sounded like a very good idea. I happened to be looking at her enormous-faced, chronographic-looking wristwatch again. I asked if it had belonged to her father.
She looked down at her wrist solemnly. "Yes, it did" she said. "He gave it to me just before Charles and I were evacuated". Self-consciously she took her hands off the table, saying "Purely as a momento, of course". She guided the conversation in a different direction. "I´d be extremely flattered if you´d write a short story exclusively for me sometime. I am an avid reader".
I told her I certainly would, if I could. I said that I wasn´t terribly prolific.
"It doesn´t have to be terribly prolific. Just so that it isn´t childish and silly" She reflected. "I prefer stories about squalor"
"About what?" I said leaning forward.
"Squalor. I am extremely interested in squalor"



For Esmé -with love and squalor -  J D Salinger

miércoles, 10 de octubre de 2012

¿trabajo o deber?

"Tenemos que hacerlo todo nosotros mismos, y para realizar ese trabajo de criadas cada uno se ata a la cintura un delantal, prenda que al evocar la femineidad no da a todos, sin excepción, un aire ridículo. Pero la alegría es general en esos días de limpieza. Gozamos sacándole brillo al piso y frotando los objetos -cacharros de cocina  incluídos - hasta dejarlos relucientes, para los cuales hay grandes cantidades de trapos y detergente. La mesa y las sillas reciben agua en abundancia, los picaportes quedan brillantes, sobre los cristales echamos vaho antes de limpiarlos: cada cual tiene una pequeña tarea, cada cual arregla algo. Aquellos días de limpieza, lavado y abrillantado nos parecemos a esos gnomos de los cuentos que, como es sabido, hacían las faenas más duras y penosas movidos por una bondad de corazón realmente sobrenatural. Esto que hacemos nosotros, los alumnos, lo hacemos porque es nuestro deber, aunque ninguno sepa a ciencia cierta por qué habría de serlo. Obedecemos sin pensar en lo que un día pueda resultar de toda esa obediencia irreflexiva, y hacemos cosas sin preguntarnos si es justo y lícito que nos obligen a trabajar "


Jakob von  Gunten - Robert Walser


detalles de vida o muerte

"de este modo yo podía recrearme contemplando objetos nuevos para mí -¡al fin algo nuevo!- y me sumergía en su contemplación ávidamente. Consideraba cada pliegue de aquellos capotes hasta observar, por ejemplo, una gota de lluvia en el borde mojado de uno de los cuellos. Esperaba con una emoción que a usted quizá le parezca ridícula, para ver si aquella gota corría a lo largo del pliegue o se defendía aún mucho tiempo colgando del borde del cuello. Sí, yo miré ansiosamente aquella gota durante varios minutos que me parecieron siglos, como si de ella dependiera mi vida. Cuando al fin cayó, me puse a contar los botones visibles de cada uno de los capotes; ocho en el primero, ocho en el segundo y diez en el tercero. Después comparé los galones de unos y otros. Mis ojos bebían con avidez hasta los más insignificantes detalles, pasando repasando y deleitándose con una pasión que yo no puedo expresar con las palabras.
"De pronto, la mirada se detuvo sobre una cosa distinta. Era algo que abultaba en el bolsillo de uno de los capotes.  Me acerqué con precauciones y creí reconocer, a través del paño tenso, el formato rectangular de un libro. ¡Un libro! Mis piernas comenzaron a temblar. ¡Un libro! Hacía cuatro meses que no había tenido ninguno en mis manos, y su simple representación me alborozaba. Un libro en el que podría seguir otros pensamientos, pensamientos nuevos que me apartarían de los míos y que podría conservar en mi cabeza cual hallazgo embriagador y calmante a la vez. Mis ojos se fijaron hipnotizados sobre el abultado bolsillo donde se dibujaba la forma del libro con una mirada tan ardiente que pretendía traspasar el paño del capote. "

"Usted se imaginará, sin duda que yo saqué inmediatamente el libro de su escondite para contemplarlo y leerlo; pero no lo hice así. Quise, primero, saborear toda la alegría que me proporcionaría su sola presencia, y tardé un rato en verle por el placer exquisito de soñar en lo que podría contener. Deseaba ante todo, que la letra fuese muy pequeña y los renglones muy apretados, que tuviese la mayor cantidad de texto posible sobre unas hojas muy finas, a fin de que yo pudiese leer mucho en él. Esperaba igualmente que se tratara de una obra difícil, que exigiese un gran esfuerzo intelectual, o de algo que se pudiese aprender de memoria, como la poesía."


El jugador de ajedrez - Stefan Zweig


lunes, 8 de octubre de 2012

diferencias vitales

"Lo que la formulación artística tiene de vivo, tangible y no comprometido espiritualmente constituye el deleite de las masas burguesas, pero el apasionado incondicionalismo de la juventud sólo es cautivado por lo problemático.
Pero se diría que nada embota tan rápida y radicalmente las capacidades de un espíritu noble como la amarga y sutil fascinación del conocimiento; y es un hecho que, por melancólica y concienzuda que sea, la escrupulosidad del adolescente queda minimizada si se la compara con la sólida resolución del hombre que, dueño al fín de sí mismo, decide negar el saber y lo rechaza, prescindiendo altivamente de él en la medida en que amenace con paralizar, entorpecer y deshonrar la voluntad, la acción, el sentimiento e incluso la pasión."

La muerte en Venecia - Thomas Mann

sábado, 6 de octubre de 2012

la seducción de lo desconocido

"Nada hay más extraño ni más delicado que la relación entre personas que sólo se conocen de vista, que se encuentran y se observan cada día, a todas horas, y, no obstante, se ven obligadas, ya sea por convencionalismo social o por capricho propio, a fingir una indiferente extrañeza y a no intercambiar saludo ni palabra alguna. Entre ellas va surgiendo una curiosidad sobreexcitada e inquieta, la histeria resultante de una necesidad de conocimiento y comunicación insatisfecha y anormalmente reprimida, y, sobre todo, una especie de tenso respeto. Pues el hombre ama y respeta al hombre mientras no se halle en  condiciones de juzgarlo, y el deseo vehemente es el resultado de un conocimiento imperfecto."

La muerte en Venecia - Thomas Mann


carencias del lenguaje

"Estoy intentando contar algo, y, apenas enmudezco, me doy cuenta de que aún no he dicho nada. Una sustancia prodigiosamente luminosa y densa permanece dentro de mí y se burla de las palabras. ¿será acaso la lengua que yo no entendía y ahora debe traducirse paulatinamente en mí? Se trataba de sucesos, imágenes y sonidos cuyo sentido solo ahora está surgiendo en mi interior y que no fueron captados ni recortados por palabras, que están más allá de estas y son más profundos y ricos de significado que ellas.
Sueño con un hombre al que se le hayan olvidado las lenguas de la tierra hasta que en ningún país pueda entender lo que la gente diga.
¿Qué hay en el lenguaje? ¿Qué es lo que oculta? ¿Qué es lo que nos quita? Durante las semanas que pasé en Marruecos no intenté aprender árabe ni ninguna de las lenguas bereberes. No quería perderme nada de la fuerza de aquellas lenguas foráneas. Quería que los sonidos me llegaran tal y como eran, sin debilitarlos de ningún conocimiento artificioso e insuficiente. No había leído nada sobre el país. Sus costumbres me resultaban tan extrañas como sus habitantes. Lo poco que, en el curso de una vida, llegamos a saber sobre cada país y cada pueblo, se me desvaneció allí en las primeras horas."

Las voces de Marrakesch - Elías Canetti

miércoles, 3 de octubre de 2012

ser humano

"El puerto era, sin duda, un buen lugar, un precioso lugar en el que uno podía pasarse una hora, un año, o un siglo, sin darse cuenta de lo que pasaba. No se sentía urgencia alguna y hasta las necesidades más primordiales, como comer, por ejemplo, o dormir, parecían olvidarse, amenguarse por lo menos, sin contar con que en la plaza o en el muelle se podía dormir, y sentado claro está, y en cuanto a comer no tenía uno más que atravesar la plaza y entrar, si poseía dinero, a un restaurante, echarse al coleto un pedazo de carne o de porotos y volver en seguida al muelle o la plaza a retomar el mismo pensamiento, el mismo ensueño, el mismo recuerdo, con más vigor ahora, y si no fuese porque uno tiene huesos, tejidos y músculos y esos malditos músculos, tejidos y huesos necesitan alimentarse y desentumecerse, podría uno estarse allí hasta el fin de sus días, esperando o no esperando nada, un trabajo, un amigo o simplemente la muerte; y cuando llega el momento en que es preciso irse, ya que es imposible quedarse, pues hace frío y está uno agarrotado y debe pensar, a pesar suyo, en la comida, en el alojamiento o en el trabajo, se da cuenta de que el ser humano es una poquilla cosa trabajada por miserables necesidades:  vamos, andando a la dichosa comida, al maldito alojamiento, al jodido trabajo."

Hijo de ladrón - Manuel Rojas




lo que no se compra


"¿No te gusta Ávila?
(Instintivamente miré hacia adelante. El promontorio de Cuatro Postes se despeñaba a nuestros pies hasta alcanzar el río. Junto a éste se elevaban las copas verdes de susurrantes arboledas. Más allá, el terreno se encaramaba otra vez hasta llegar a la muralla sólida y amarilla. Encima y a los lados el silencio, un espeso silencio preservado por las nubes grises, inmóviles en el cielo)
.- No, no me gusta esta ciudad. Aquí sería lo mismo tener dinero que no tenerlo. No hay lugar para gastarlo. Y sin gastar dinero no se puede ser feliz...
Sus palabras adquirían en aquel clima el valor detonante de las amapolas en un campo. Se escapaban del ambiente, desentonaban por su ambición de este clima sin apetencias.
    - Hacen falta años para percatarse de que el no ser desgraciado es ya lograr bastante felicidad en este mundo. La ambición sin tasa hace a los hombres desdichados si no llegan a conseguir lo que desean. La suprema quietud con poco se alcanza, meramente con lo imprescindible."

La sombra del ciprés es alargada - Miguel Delibés



lunes, 1 de octubre de 2012

caprichos de un poderoso

"Muchos de los amigos de González Videla, gente que lo acompañó hasta el fin en sus trajines electorales, fueron llevados a prisiones en la alta cordillera o en el desierto por disentir de su metamorfosis.
La verdad es que la envolvente clase alta, con su poderoso poderío económico, se había tragado una vez más al gobierno de nuestra nación, como tantas veces había ocurrido. Pero en esta oportunidad la digestión fue incómoda y Chile pasó por una enfermedad que oscilaba entre la estupefacción y la agonía.
El presidente de la república, elegido por nuestros votos, se convirtió, bajo la protección norteamericana, en un pequeño vampiro vil y encarnizado. Seguramente sus remordimientos no lo dejaban dormir, a pesar de que instaló, vecinas al palacio de gobierno, garzonieres y prostíbulos privados, con alfombras y espejos para sus deleites. El miserable tenía una mentalidad insignificante, pero retorcida. En la misma noche que empezó su gran represión anticomunista invitó a cenar a dos o tres dirigentes obreros. Al terminar la comida bajó con ellos las escaleras del palacio y, entre lágrimas, los abrazó diciéndoles:  "Lloro porque he ordenado encarcelarlos. A la salida los van a detener. No sé si nos veremos más"

Confieso que he vivido - Pablo Neruda