“veinticinco
años… Y para Jacob pasaron como un sueño, como se les pasa la vida a todos los
que viven: entre deseos y logros, entre
esperanzas, decepciones y triunfos, en una sucesión de días que uno no cuenta,
y cada uno de los cuales hace su aporte individual; días que se van dejando
atrás uno por uno en la espera y la pugna, en la paciencia y la impaciencia, y
se funden en unidades mayores, en meses, años y series de años, que acaban siendo al final como un solo día. No está claro qué es lo que hace el paso del
tiempo más veloz y llevadero: si la
uniformidad, o la variedad y la parcelación; en cualquier caso, se trata de
hacer pasar el tiempo; el que vive pugna por avanzar, pugna por dejar el tiempo
atrás, pugna, en el fondo, por morir,
creyendo que encamina sus afanes hacia metas y puntos de inflexión de la
vida; y por más que su tiempo esté
parcelado y dividido en épocas, hay algo
que lo hace uniforme: el hecho de que
es su tiempo, que transcurre en el marco invariable de su yo, de modo que,
a la hora de hacer pasar el tiempo y la vida, esas dos fuerzas
provechosas para él, la uniformidad y la parcelación, actúan paralelamente.”
José y sus hermanos - Thomas Mann
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.