" En días posteriores, al verse obligado a recordar una y otra vez aquella conversación telefónica, Galip se sentiría incapaz de asegurar cuánto había oído no solo de aquel indefinido bostezo sino también de las palabras que le había dirigido. Como cada vez que se acordaba de lo que Rüya le había dicho lo hacía de manera distinta y con cierta suspicacia, pensaba: "Es como si no hubiera hablado con Rüya sino con otra persona", e imaginaba que esa otra persona era la que lo había engañado. En otro momento pensaría que había oído lo que le había dicho Rüya tal y como ella se lo había dicho, pero después de aquella conversación telefónica no había sido Rüya sino él quien lentamente se había convertido en otra persona. Imaginaba de nuevo lo que creía haber oído o recordado mal, relacionándolo con aquella otra personalidad. Porque Galip, que por aquellos días escuchaba su propia voz como si fuera la de otro, comprendería perfectamente que mientras dos personas se hablan desde ambos extremos de una línea telefónica pueden convertirse en seres completamente distintos "
El libro negro - Orhan Pamuk
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