“Poner al
mal tiempo buena cara y llevarse bien con unos compañeros para quienes ese mal
tiempo es lo contrario no es difícil cuando uno guarda en su corazón la palabra
“provisional”. Estaba tan seguro de que
el ser humano, por mucho que se insta en la igualdad, posee una profunda
sensibilidad para captar que no somos todos iguales porque los hay
privilegiados por naturaleza, tan seguro de mi afán por hacer justicia a esa
sensibilidad, tan convencido, pues, de que no me retendrían en aquel nivel
demasiado tiempo, es más, de que sólo me habían colocado allí por una pura
cuestión formal, que desde el primer momento, prácticamente desde mi
conversación con Monsieur Machatschek, en cuanto pude encargué un frac de
camarero á la Saint-James and Albany al sastre especializado en uniformes y
libreas que me habían indicado y cuyo taller no quedaba lejos del hotel, en la
Rue des Innocents. "
Confesiones del estafador Félix Krull - Thomas Mann
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