martes, 27 de noviembre de 2012

contradicciones simples


“Fiodor Pavlovich estaba borracho cuando le comunicaron la muerte de su mujer.  Dicen que corrió a la calle y comenzó a gritar con alegría, levantando los brazos al cielo: “Deja morir ahora a tu servidor”. Otros dicen que sollozaba como un niño hasta tal punto que daba pena verle, a pesar de la repugnancia que inspiraba.  Es muy posible que las dos versiones sean verdaderas; es decir, que se regocijase por su liberación y llorase por su liberadora.  Con frecuencia las personas, incluso las peores, son más inocentes, más simples de lo que pensamos. Y por otra parte, nosotros también.”

Los hermanos Karamazov - Fedor Dostoievski


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