"Tenemos que hacerlo todo nosotros mismos, y para
realizar ese trabajo de criadas cada uno se ata a la cintura un delantal,
prenda que al evocar la femineidad no da a todos, sin excepción, un aire
ridículo. Pero la alegría es general en esos días de limpieza. Gozamos
sacándole brillo al piso y frotando los objetos -cacharros de cocina incluídos - hasta dejarlos relucientes, para
los cuales hay grandes cantidades de trapos y detergente. La mesa y las sillas
reciben agua en abundancia, los picaportes quedan brillantes, sobre los
cristales echamos vaho antes de limpiarlos: cada cual tiene una pequeña tarea,
cada cual arregla algo. Aquellos días de limpieza, lavado y abrillantado nos
parecemos a esos gnomos de los cuentos que, como es sabido, hacían las faenas
más duras y penosas movidos por una bondad de corazón realmente sobrenatural.
Esto que hacemos nosotros, los alumnos, lo hacemos porque es nuestro deber,
aunque ninguno sepa a ciencia cierta por qué habría de serlo. Obedecemos sin
pensar en lo que un día pueda resultar de toda esa obediencia irreflexiva, y
hacemos cosas sin preguntarnos si es justo y lícito que nos obligen a
trabajar "
Jakob von Gunten - Robert Walser
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