"Cuando aquella parte de mi vida cotidiana
me volvía a la mente estando en mi puesto de trabajo, sólo podía pensar:
"No. Esa casa y esos individuos son producto de la imaginación. Si te
parece que existen desde hace más tiempo del que llevas en tu nuevo destino, es
que se trata de una ilusión. Abre los ojos: ¿qué vale la carne de esos valiosos
humanos frente a la eternidad de la loza de los sanitarios? Acuérdate de las
fotografías de las ciudades bombardeadas: la gente ha muerto, las casas
han sido arrasadas, pero los lavabos todavía se levantan, orgullosamente, hacia
el cielo, encaramados a cañerías en erección. Cuando el Apocalipsis haya
completado su obra, las ciudades sólo serán bosques de retretes. La dulce
habitación en la que duermes, las personas a las que amas, son creaciones
compensatorias de tu mente. Es típico de seres que ejercen oficios lamentables
construirse lo que Nietzsche denominaba "otro
mundo" , un paraíso terrenal o celeste en el que se empeñan en creer
para consolarse de lo infecto de su condición. Cuanto más vil es su trabajo,
más hermoso es su edén mental. Créeme: nada existe más allá de las comodidades
del piso cuarenta y cuatro. Ahora todo está aquí"
Estupor y temblores - Amélie Nothomb
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.