sábado, 13 de octubre de 2012

lo grande en lo pequeño



"De tiempo en tiempo las ramas oscilaban con balanceo tenue: era que el viento cumplía su transcendental misión de transportar el polen para engendrar las floraciones nuevas; y dijérase que el bosque entero languidecía en fecundo extásis. Un gusanillo verde escalaba, infatigable, un árbol; sus ojos, casi ciegos, apenas le servían y a veces erguíase y palpaba en el vacío, temeroso de nuevos obstáculos, semejante a un hilo verde que cosiera por sí sólo, misteriosamente. Tal vez hasta muy avanzada la noche, cuando yo ni me acordase ya de su perseverancia humilde, no lograría llegar al término de su viaje...En la imperturbable serenidad de la naturaleza, resonaban mis pasos con algo de insólito presente al pasado. Deben ser cerca de las cuatro, y a las seis emprenderé el retorno hacia mi cabaña, con la esperanza inconfesada de cruzarme con alguien. Aún me quedan dos horas para andar y reposar, y este lapso, a veces tan breve, me intranquiliza. Sacudo mi ropa salpicada de briznas de hierba, y me aventuro en un sendero, donde todo me parece amical, acogedor: las ramas, los recodos, las piedras, han estado durante mi ausencia como yo las dejé; las hojas crujen bajo mis pasos. Y la envolvente calma, el mismo susurro suave que en vez de turbar la la realza, los detalles no observados hasta hoy del paisaje, me halagan el alma cual una caricia, y una gratitud pura me penetra cual si todo quisiera darme una bienvenida de hechos, mezclarse a mí, decirme en el lenguaje mudo de  las cosas algo muy afectuoso y profundo. Movido por esta ternura que impele mi amor hacia las cosas más menudas, me inclino y recojo una ramilla seca: está casi podrida, su endeble corteza no ha podido preservarla de la muerte....Y una sutil piedad se desliza en mi corazón. Al proseguir, no la tiro lejos, sino que vuelvo a inclinarme para dejarla en el mismo sitio, sin violencia, como si fuera un ser sensible; y aún antes de alejarme me vuelvo a mirarla con los ojos nublados, sin darme cuenta de que hay una fuerza ingenua, grande y nueva en mí, que me dicta esta ternura y este adiós."

Pan Knut Hamsun




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.