sábado, 27 de octubre de 2012

una vida plena


"Riviére se detuvo ante Leroux, el viejo contramaestre. También Leroux trabajaba desde hacía cuarenta años. Y el trabajo consumía todas sus fuerzas. Cuando Leroux entraba en su casa, hacia las diez o doce de la noche, no era un mundo diferente el que se le ofrecía , no era una evasión. Riviére sonrió a ese hombre que, levantando su tosca faz, señalaba un eje pavonado: "Aguantaba muy fuerte, pero lo he vencido". Riviére se inclinó sobre el eje; el oficio le ocupaba de nuevo. "Será preciso advertir a los talleres que ajusten estas piezas con más huelgo". Pasó el dedo sobre las huellas de las herramientas; luego consideró de nuevo a Leroux. Una picaresca pregunta le subía a los labios ante aquellas arrugas severas. Sonrióse:
-"¿Se ha ocupado mucho usted del amor en su vida Leroux?
- Oh, el amor, sabe usted, señor director....
- Sí, a usted le ha pasado lo que a mí; nunca ha tenido tiempo.
- Muy poco, ciertamente...
Riviére escuchaba el sonido de esa voz para saber si la respuesta era amarga; pero no lo era. Este hombre experimentaba, vuelto hacia su vida pasada, el tranquilo contento del carpintero que acaba de cepillar una hermosa tabla: "Hela aquí. Ya está hecha"
"Hela aquí,  - pensaba Riviére - , mi vida está hecha"
Rechazó los pensamientos tristes que en él despertaba la fatiga, y se dirigió al cobertizo, pues el avión de Chile zumbaba ya en el aire."

Vuelo Nocturno - Antoine de Saint Exupéry



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